Pier Paolo Pasolini, uno de los cineastas más reconocidos de las últimas
décadas, afirmó en una ocasión que decir ‘cine americano’ es una redundancia:
todo el cine es americano. Como se entenderá, la afirmación no se refiere tanto
a la capacidad de la industria estadounidense, sino al sistema formal de hacer
películas, diseñado en buena parte en Hollywood. Y es justamente ahí donde la
frase adquiere sentido: prácticamente todo el cine del mundo se hace de la misma
manera y posee similares características de lenguaje.
El cine de ficción es la aplicación de la representación audiovisual
de una realidad amañada por la imaginación y dirigida al plano emocional.
El documental es el ejemplo más conocido de películas no ficcionales. Casi al mismo tiempo que se progresaba en la gramática del medio, un
grupo de inquietos con espíritu de periodistas y de antropólogos, decidían
utilizar la imagen secuencial en movimiento para ofrecerle al mundo una
representación de sí mismo. Rodar los acontecimientos tanto políticos, sociales,
culturales como naturales del orbe para ponerlos ante los ojos de la humanidad.
En la actualidad los teóricos del cine documental diferencian cuatro
modalidades documentales de representación:
- Modalidad expositiva en la que se
usa una voz que comenta las imágenes y guía la lectura.
- Modalidad de
observación en la que la acción se desarrolla sin muchas manipulaciones como si
fuera un fragmento de vida.
- Modalidad interactiva en la que el cineasta posee
una presencia muy llamativa.
- Modalidad de representación reflexiva en la que
no se oculta en ningún momento las formas en que el documental ha sido rodado
El cine de vanguardia es otra de las
dimensiones que posee el cine no narrativo. El territorio es bastante amplio y
recoge tanto los trabajos que pretenden experimentar con el lenguaje en aras a
su posterior inclusión en la industria, como películas exclusivamente interesadas en
la experimentación con las formas y en ocasiones cercanas a planteamientos
cercanos al mundo del arte.
En el último extremo del cine de vanguardia nos encontramos al cine
abstracto, intento de búsqueda de los aspectos pictóricos de la imagen para
definir la esencia del ritmo de un cine más cercano a la música y a la pintura y
alejado de la literatura y del teatro.