La dirección artística, conocida durante décadas en España como escenografía,
es una de las áreas centrales de los procesos que constituyen la puesta en
escena de una película. Basta mirar los créditos de los films contemporáneos
para comprobarlo. Es lógico: las localizaciones, los decorados y escenarios, el
vestuario, el maquillaje, la peluquería son de hecho la manera de representar la
realidad interna del guión, "el espacio donde transcurre el tiempo del film", en
una definición clásica de la dirección artística.
La escenografía y los decorados deben proyectarse a la vista del guión
técnico; luego, el director artístico, en
conversaciones con el director, deberá documentarse con el objeto de reproducir
la esencia ambiental y ser lo más respetuoso posible a la hora de crear los
decorados. Más tarde deberá trabajar con el iluminador y los otros componentes
del departamento artístico. Su margen de acción vendrá delimitado por la época y
el realismo del contexto, así como por el presupuesto. Si los espacios a
representar son de carácter fantasioso, futurista u onírico gozará de más
libertad creativa siempre que el director no desee imponer su propio mundo
imaginado.
Cada espacio concreto en el que se desarrollan las acciones recibe el nombre
de localización. Las localizaciones pueden ser o naturales, exteriores e interiores a los que
sólo se altera con pequeños retoques, o decorados; construidos en parte o por
completo tanto en exteriores como en plató.
Los decorados pueden completarse en ocasiones con trucos como los cristales
pintados con fondos y que se suman a decorado real en rodaje. El director artístico diseña y supervisa los decorados que son construidos
por un jefe de decoración ayudado por una serie de ayudantes, carpinteros y
pintores. De él depende la persona encargada del atrezzo que busca los objetos
que aparecen en el decorado como sillas, cuadros, teléfonos, espadas,
cigarrillos, alimentos, etc.
Los responsables de vestuario, maquillaje y peluquería son los encargados de
‘decorar’ al actor. Obviamente, su trabajo debe integrarse de forma armoniosa en
los decorados y supeditarse a la iluminación y a la línea dramática de la
película. Al igual que el decorador, el figurinista deberá documentarse para diseñar o
conseguir los trajes y vestidos. En ocasiones acordará con atrezzo quién
se encarga de los elementos no textiles necesarios para el personaje como
anillos o vendas para heridas. Este departamento, mayormente copado por mujeres,
a diferencia de los de cámara y sonido en los que la mayoría de sus componentes
son hombres, se compone de una jefa de vestuario, que en ocasiones también es la
figurinista, una sastra y una o varias ayudantes.
Por último, el maquillaje y la peluquería, aunque constituyen departamentos
distintos, van con frecuencia asociados a los anteriores. Su tarea consiste en
caracterizar al actor, disfrazar sus defectos y darle el tono de piel real cuyo
color se ve alterado por los brillos y la decoloración de la iluminación.
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